Con mucha frecuencia, el aumento de peso está relacionado con un mal descanso o la falta de sueño. Un ritmo alterado puede provocar un aumento del apetito: de este modo, el cerebro intenta recuperar la energía mediante un mayor consumo de calorías. También se altera el metabolismo.
La falta de sueño ralentiza el metabolismo, ya que afecta la producción hormonal: aumenta la liberación de insulina y cortisol, y disminuye la producción de la hormona del crecimiento.
Otra causa del aumento de peso puede ser el estrés prolongado. En estas situaciones se libera una gran cantidad de cortisol, una hormona de las glándulas suprarrenales que favorece la acumulación de grasa.
El peso corporal también puede aumentar debido a la retención de líquidos en el organismo.
En este caso es necesario normalizar el consumo de agua y reducir la cantidad de sal ingerida. Conviene eliminar embutidos y patatas fritas industriales de la dieta.
Algunas personas pueden subir de peso debido a ciertos medicamentos, como glucocorticoides, neurolépticos, antidepresivos y fármacos anticonvulsivos.
El aumento de peso también puede aparecer cuando una persona deja de fumar.
